
El chocolate es una de las principales materias primas que utilizamos en una panadería y repostería. Como ya sabréis, el chocolate es un producto originario de América que se obtiene mezclando azúcar con dos productos derivados de la manipulación de las semillas del cacao: la pasta de cacao y la manteca de cacao.
En el siglo XIX gracias a la Revolución Industrial se descubren nuevas formas de consumir el chocolate y nacen las primeras fábricas de productos derivados del chocolate: tabletas, bombones, figuras, rellenos, etc.
Pero el chocolate, además de ser una dulce debilidad para las personas más golosas, aporta numerosos beneficios a nuestro organismo. El chocolate con más del 70% de cacao es rico en flavonoides, lo que tiene un efecto protector sobre el sistema cardiovascular, mejora la presión sanguínea y favorece su efecto hipotensor.
Además, el chocolate es bueno para la piel ya que contiene hierro, calcio y vitaminas A, B1, C, D y E las cuales son esenciales para humectar la piel. Y algunos compuestos del chocolate, al entrar en contacto con las bacterias del estómago, se transforman en sustancias antiinflamatorias.
Por ello, ¿qué mejor manera de cuidar nuestra salud y darnos un placer al cuerpo que consumir un poquito de chocolate?